España
Cristóbal Gómez González "Hotel K"

Cristóbal Gómez González, también conocido con el seudónimo “Hotel K”, reside en la provincia de Málaga, España.

Si bien profesionalmente es “Integrador Social y Sanitario” de personas con Trastorno Mental Grave, trabajo del cual siente un enorme orgullo, “Hotel K” tiene un largo camino recorrido en torno a la escritura y la música, actividades que logra alternar con mucha maestría.

En 2018, publicó su poemario titulado: Los Zapatos del no Volver, con la editorial Mouse.

Ha participado en varios certámenes y eventos, en el año 2016 fue finalista del Primer Concurso de Poesía “Hagamos arte con las palabras” convocado por Art Emporium “Arte con palabras” desde la Ciudad de Miami, USA con el poema “Lanzadera Oxidada”, en el año  2020 tuvo una presentación especial en el Festival Poémame en la Ciudad de Barcelona con el tema denominado “La Base con una actuación músico poética”.

En la actualidad, continúa brindando conciertos, y desarrollando su vida en torno a las letras, tanto leyendo como escribiendo y se encuentra trabajando en su obra llamada; “Tatuajes Rupestres”, posiblemente su próxima publicación.

CÁLCULOS INCIERTOS

Tiembla el suelo,
tiembla la condición real,
el humano es un compendio
de actos más o menos relevantes
en una compostura social determinada.

Y está la vida interna,
capitaneada por la mente del individuo
que como persona única
propone percepciones, sueños
y agitaciones varias del alma
aunque estas nunca se lleguen a mostrar.

Tiembla el suelo,
y el miedo de ser amonestado
tras dar un efímero golpe en la mesa
mostrando una verdad latente
planea a cada micro segundo
de oxígeno respirado.

Pelos de punta en remojo,
apatía a flor de piel,
el desengaño generalizado
roe los tuétanos del ser.

Tiembla el suelo,
se hunde la nave
en las trincheras candentes
de laberintos y añicos de espejo.

Cálculos congelados,
voces, pies y puños
maniatados por la perplejidad
a la que nos somete
este seísmo indefinido.

INVIERTE TU VOZ CROMADA

Moléculas de verano,
sufre el invierno
con la doble personalidad del sol.

Una pequeña variación
de la naturaleza
embriaga la garganta
con alfileres de recuerdos.

Subgrupos de felicidad
y heridas punzantes
se mezclan en una danza
fugaz y transitoria.

Invierte tu voz cromada
con gritos de lija oxidada,
tiende una cuerda con fuerte cabo
para poder escapar 
del fondo de este vaso.

El rígido aleteo del mundo
se ha quedado sin argumentos
tras dispersarse la cortina de humo
que distorsionaba las funciones mentales
y el ritmo acompasado del corazón.
Cierro con doble vuelta de llave
el libro en blanco
destinado a palabras de futuro.

Los pétalos de presente
ya están casi secos,
así que, da la vuelta,
sal por esa puerta y busca
una vida apropiada para ti,
yo no te la puedo dar
mis manos están manchadas
de demasiada tinta.

MANDOLINAS DE PRESENTE

Utilizar la memoria
de los trenes y trepar
por agujas de porvenir.

Ya reina la paz
entre bocas de papel
y gargantas invertebradas.

He pintado mis años difuminados
con suaves brochazos
de mandolinas de presente.

El rumbo, la calma,
el viento amigo
cura lentamente
las últimas heridas
de un tiempo anterior.

Blindado el corazón
con el traje para animales moribundos
cojo pico y pala,
diseño mi propio camino
a cara descubierta,
si el gran astro decide quemarme
está en su derecho,
pero yo no pienso parar.

TOMOS FALSOS

El mando intermedio de una canción
es un verso roto a traición.

Intenté rociar mi cuerpo
con gotas de invisibilidad
para poder surcar por la inexistencia
pero las fustas del insomnio
me devolvieron al territorio
de la hiperfragilidad.

He aprendido a mentir
con la boca tapada por tu ombligo,
a rabiar de sobriedad
para subir los treinta y dos escalones
que hay hasta el almíbar de tu alcoba.

He saltado barreras de horas alineadas
esquivado cuentos que no dicen nada,
he golpeado a tipos siniestros
y cortejado a damas instantáneas
mientras la noche silenciaba
todos mis tomos falsos.

Dormité a la derecha de la tormenta
a sabiendas que a la izquierda
habitan todos mis relámpagos
en plena ebullición.

El mando intermedio de una canción
es un verso roto a traición.

La indisciplina ha envuelto mis botas 
para patear todos los cánones dictados.