Iván Parro es madrileño de nacimiento y reside en Béjar, Salamanca, España desde hace cinco años.
Parro es Licenciado en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid y autor de una veintena de libros de diversos temas y ha publicado más de treinta artículos de investigación sobre temas relacionados con las nuevas tecnologías, la infancia, la economía, el cine, los ancianos, entre otros.
Como poeta, ha publicado cinco libros: Palabras (des)confinadas, latidos de vida, la lacra que mata los sueños, letras desde el alma y las pirámides irregulares del cariño.
Le gusta escribir sobre todo lo que ve, sobre todo lo que experimenta, sobre todo lo que siente.
Ya sea en forma de poesía o de haiku, de relato o de microrrelato; intenta describirse a sí mismo (que no es tan fácil) y el mundo en el que vive (que eso es para nota).
“Pienso que es difícil escribir, sí, pero que es peor no hacerlo.”, comparte Parro.
Ha participado en centenares de concursos literarios. Tiene varios premios en categorías de microrrelatos, poesía y haikus. En muchos casos ha quedado finalista. En otros, le han seleccionado para formar parte de antologías.
Dos de sus pasiones: escribir y aprender. Dos de sus sueños: vivir y ser.
La vida es un pincel
La vida es un pincel sin estrenar
con el que damos color a los grandes sueños,
con el que dibujamos nuestro futuro incierto,
con el que proyectamos el inesperado presente.
La vida es una canción a componer
que es reproducida cada día por millones de personas,
que es sintonía preferida de muchas generaciones,
que es himno de esperanza y libertad para muchos.
La vida es un libro sin final decidido
que sigue esperando a ser escrito por el autor,
que busca siempre un editor de calidad,
que nunca hay que valorar por las tapas que tiene.
La vida es siempre una construcción inacabada.
La vida es un puzle que seguimos aún completando.
Sueños rotos
Sueños rotos,
proyectos truncados,
ideas sin final,
esperanzas casi perdidas.
La vida marca un ritmo extraño.
Sueños rotos,
vidas perdidas,
sabores amargos,
batallas que conquistar.
La vida es una aventura imprevisible.
Sueños rotos,
versos pendientes,
palabras ocultas,
libros desechados.
La vida se construye cada uno de los días. Sueños rotos,
manos atadas,
ojos cerrados,
corazón parado.
La vida es un inesperado universo de sentimientos.
Sueños rotos,
lunas oscuras,
estrellas sin brillo,
soles sin almas.
La vida es una galaxia aún desconocida para muchos.
Sueños rotos,
días grises,
meses aciagos,
años perdidos.
La vida es un tiempo que no es tan finito.
Pócimas de vida
Pócimas de vida
contra el mal de la muerte que acecha
que amenaza
que provoca siempre
y que normalmente gana.
Pócimas de vida
para alargar el tiempo
para seguir creando
para alcanzar los sueños
que tuvimos
que esperamos
que deseamos
cuando éramos niños
y girábamos alrededor del mundo sin hipotecas
sin prestaciones
sin hambre
sin pandemias
sin violencias
porque un gran arco iris
siempre se aparecía
en nuestro horizonte.
Pócimas de vida,
remedios de futuro
para avanzar en el sueño
para cambiar el mundo.
Canto a la Poesía
La poesía
es hija de la vida
hermana de la esperanza madre de sueños.
La poesía
nos regala vida
nos ofrece esperanza
nos transmite sueños.
Todos los poetas
somos como una gran familia porque amamos la vida
creemos en la esperanza construimos sueños.
Sin poesía la vida es menos.
Sin poesía somos letras
que no encuentra su palabra. La poesía es vida.
La poesía es esperanza.
La poesía es sueño.
Y con ella vivimos la vida y entendemos mejor los sueños.
Volver a creer
en la magia de los sueños.
De niños creímos
que todo era posible.
Hicimos grandes planes
sin miedos
sin hipotecas
sin finales de mes
sin deudas impagadas
sin malditos impuestos
tan sólo creyendo
en el poder de los sueños.
Ya de adultos
el sueño se transforma
en pesadilla
en temor
en miedo
en dolor
en llanto y preocupación.
De niños vivimos y soñamos.
De adultos, lloramos y
¿Quién controla a los sueños?
¿Quién decide los que valen?
¿Quién maneja sus mejores deseos?
Quiero volver a creer
en esa magia de los sueños;
aunque sea viejo
quiero seguir soñando siempre.